Te angustia la mera perspectiva de no saber cómo mantener ocupados a tus hijos durante tus vacaciones familiares en la montaña. Te sientes culpable ante la idea de aprovechar al máximo estas merecidas vacaciones, temiendo no seguir siendo esa madre ejemplar, dispuesta una vez más a sacrificarse por la felicidad de sus retoños. Tranquila…