Acoger a los visitantes en un entorno cálido es una tradición pirenaica. El pueblo de Saint-Lary Soulan se esfuerza por perpetuarla.
Por Bruno Boubin
Las fiestas de fin de año siguen siendo un momento de convivencia y de compartir, sentimientos tan queridos en los Pirineos. Cada fin de año, el embellecimiento de las calles del pueblo con luces y adornos navideños crea un ambiente festivo. También es una ocasión para mostrar la belleza arquitectónica de este pequeño pueblo de montaña, situado en el corazón de los Altos Pirineos.
Desde siempre, el ser humano ha asociado la luz a todas sus celebraciones.
Con la llegada de la electricidad, la perspectiva de iluminar las ciudades y pueblos durante los periodos festivos adquirió una nueva dimensión. Para que conste, los orígenes de este fenómeno se remontan a una iniciativa privada. En 1882, Edward HIBBERD JOHNSON, sobrino de Thomas EDISON, tuvo la idea de decorar su árbol de Navidad personal con una guirnalda eléctrica.
Hoy en día, las iluminaciones y decoraciones de fin de año se asocian a una invitación festiva a compartir momentos de convivencia. El pueblo de Saint-Lary Soulan acaba de celebrar el centenario de su fructífera colaboración con EDF en el suministro de una de las formas de energía más respetuosas con el medio ambiente.
El pueblo de montaña de Saint-Lary Soulan cuenta con un patrimonio arquitectónico excepcional.
Cada año, los visitantes que pasean por las calles del pueblo aprecian toda su autenticidad. Durante las fiestas, esta impresión se ve reforzada por las iluminaciones y decoraciones que ponen de relieve este rico patrimonio.
Sólo hay que pasear por la calle principal después de una jornada de esquí para convencerse. Para quien aún dude del efecto balsámico y tranquilizador de un paseo así, le invito a terminar su paseo nocturno en el parque termal. Cambio de aires garantizado.
Los comerciantes se suman a la fiesta
Este invierno, la Oficina de Turismo invitó a los comerciantes del pueblo a decorar sus escaparates. Esta iniciativa, en la que han participado numerosos comerciantes, ha contribuido a reforzar este evento festivo, que ofrece a residentes y visitantes la oportunidad de celebrar el fin de año por todo lo alto.
La Oficina de Turismo ha invitado este invierno a los comerciantes del pueblo a decorar sus escaparates.